sábado, 18 de octubre de 2008

Doncella.


Pienso en papeles carcomidos por la humedad del rincón del cuarto. Pilas y pilas de ellos, uno sobre el otro, tiempo sobre tiempo.
Esperan, pacientes la doncella de la noche, que sus dedos fríos los toquen, los raspen, los lleve con ella a su caja de madera. Tienen nombres humedecidos, que están junto a la doncella, hacia el camino de la muerte.


Mariano Zirafa.

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